Expertos
en relaciones aseguran que muchas parejas fracasan porque no se hicieron
preguntas vitales antes de estar juntos; y que el mayor motivo de divorcio no
es el conflicto, sino justamente la evasión del conflicto. En esa línea, la
sexóloga Alessandra Rampolla enumera lo que conviene tener en cuenta.
No es buena idea establecernos como
pareja sin antes discutir temas que van a ser fundamentales y decisivos en
nuestro futuro. Temas como qué esperamos de esta historia, cómo vamos a
construirla, cuáles son los límites, y otros por el estilo. Es frecuente que
esquivemos estas conversaciones, principalmente por miedo a escuchar ciertas
respuestas que no nos van a gustar.
Tal vez
no te parezca trascendente que él le quiera poner a tu futura hija el segundo
nombre de su abuela, hasta que te enteras de cuál es. Su madre no te resulta el
ser más agradable del mundo, pero ahora no te importa porque vive lejos.
Probablemente, pegues un salto si él/ella te dice que tiene planeado que en
unos años se mude con ustedes. Quizá no hablaron de lo que piensan de los
bancos de semen, pero en un futuro puede ser un tema muy conflictivo si es su
única opción para lograr el embarazo y alguno de ustedes tiene una postura
contraria a esa opción. Aunque lo que escuchemos no nos agrade y nos lleve a
discutir con “nuestra persona favorita”,hablar estos temas es muy saludable
porque podemos establecer acuerdos antes de que surjan los conflictos, acuerdos
que nos resulten aceptables a los dos.
Con
base en estos acuerdos es que vamos a armar nuestra relación. Hay un libro
maravilloso escrito por la conocida psicóloga norteamericana Robin L. Smith,
llamado “Lies at the altar: the truth about great marriages” (Mentiras
en el altar: la verdad sobre matrimonios grandiosos) que incluye un sinnúmero
de preguntas para ser discutidas con el otro.
Aquí
les paso algunas preguntas que resultan clave y les propongo que se las hagan.
No tienen que ponerse como locos a contestarlas todas juntas como si se tratase
de un formulario de admisión. Vayan de a poco; pueden usarlas como temario
cuando no se les ocurra tema de conversación con su pareja. Tampoco tienen que
hacérselas en el orden en que yo las puse. Elijan primero las que más les
llamen la atención o las que les parezcan que se ajustan más a sus realidades.
Aquí no
hay respuestas correctas o incorrectas, ni modelos universales a los que se
ajusten todas las parejas. La idea está en encontrar acuerdos que les vengan
bien a ambos.
Ahora sí,
respiren profundo, relájense y empiecen a hablar:
1. ¿Qué piensan
acerca de tener hijos? ¿Cuántos? ¿Cómo piensan planificar la familia?
2. Si quieren tener
hijos, ¿quién va a ser el cuidador primario?
3. ¿Cómo desean
manejar sus cuentas? ¿Van a compartir por igual todos los gastos? ¿Tendrán cuentas
comunes o separadas? ¿Cuáles son sus prioridades económicas?
4. ¿Quién se va a
encargar de las tareas del hogar?
5. ¿Conocen su
historial médico, tanto físico como psíquico?
6. ¿Qué tan cómodos
y abiertos pueden discutir sobre sus necesidades, preferencias y temores
sexuales?
7. ¿Qué
expectativas tienen sobre su vida sexual?
8. ¿Van a tener
televisión en la habitación? ¿Y las computadoras portátiles?
9. ¿Cuáles
son las creencias y necesidades espirituales/ religiosas de cada uno? ¿Han
discutido sobre cómo van a educar a sus hijos al respecto?
10. ¿Qué tan cómodos se sienten con la familia del otro?
¿A alguno de ustedes le preocupa que sus padres interfieran en la relación?
11. ¿Disfrutan de la compañía y respetan a sus respectivos
amigos?
12. ¿Hay algo a lo que no estén dispuestos a renunciar por
estar en pareja? Por ejemplo, a seguirse viendo con una ex.
13. Si a alguno de ustedes le ofrecen una oportunidad
laboral lejos de donde piensan vivir ahora, ¿los dos estarían dispuestos a
mudarse?
14. ¿Qué es infidelidad para cada uno de ustedes? ¿Dónde
se cruza la raya: con conversaciones íntimas, un beso, cuando mirás
pornografía, cuando hay sexo?
15. ¿Confían plenamente en el otro? ¿Qué retos creen que
les costaría más enfrentar juntos?